El tiempo...el viento

He visto pasar el tiempo y lo imagino como el viento, ahora tenue, dejando a su paso algunas huellas poco perceptibles, y otras muchas capaces de prevalecer para siempre en el enigmático abismo del recuerdo; quizá dormido, quizá latente.
He visto la delicada danza del árbol, incitada por el paso acariciante del viento, incesante, poderoso, pero ahora callado, tímido, seduciendo a cada objeto en su camino, disfrazando esa fuerza impetuosa con un sutil silbido apenas tangible, fuerza que brotará de sus entrañas en el momento menos esperado.
Así es el tiempo, el amigo de la infancia, de la juventud, de toda la vida, y cuando crees sentirlo tomado de tu mano, se vuelca en contra tuya, sin vacilaciones, cegado por la furia deja estragos a su paso, dejas de percibir sus caricias al grado de sentirlo congelarse. Es entonces cuando el pasado y el presente no son el alimento del futuro, han quedado marcas indelebles. Es entonces cuando has dejado de serle útil AL TIEMPO.

Julio César