martes, 18 de marzo de 2008

una mesa vacia.

El llamado de mamá (¡vénganse a comer!) se escucho, las mesa estaba puesta, los platos, cubiertos y servilletas estaban en su lugar, en el centro se encontraba una jarra y en su interior una deliciosa agua sabor horchata. Cada quien ocupo su sitio, yo el principal como acostumbro, por eso de la pasadera de cosas, a mi derecha mi mamá y a la izquierda mi papá, a su costado mi hermano. Estábamos todos, mamá sirvió la sopa, por cierto deliciosa, siguió el plato fuerte; todos degustábamos de nuestros alimentos. La comida de hoy no fue como la de todos los días, no se si nadie lo noto o no quisieron decirlo, pero si comentaron como que le falta esto como que le falta aquello en fin. Nunca lograron descifrar que era lo que faltaba. La jarra estaba casi llena, nadie se servio y aunque estaba deliciosa paso desapercibida, acaso será que todos extrañaron al igual que yo ese delicioso manjar que día a día nos hace digerir nuestros alimentos. Son vacaciones y el vecino de la tienda cerro, hay dos o tres tiendas a la redonda de la cuadra, pero la pereza me venció, nunca imagine lo arrepentido que iba a estar después, nunca imagine como seria la comida sin la protagonista principal: la coca cola.
AnDrEs iBArRa

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja ja ja... está buenísimo... además de ser chusco, ya te lo dije en tu anterior post, me gusta como describes con tanto detalle las cosas, deberías escribir una novela; inténtalo. Eso sí, necesitas corregir la ortografía

Anónimo dijo...

Un relato cotidiano, muy bueno; y además cargado de la influencia de los MCM y su constante publicidad. Interesante. Andrés escribe, escribe y escribe.
Cuida los acentos en pasado y él uso de la h. Recuerda acentos en papá y mamá. Va?

Anónimo dijo...

me cae que si es cierto... sin la koka nada es lo mismo...chido, chido...

IUS dijo...

lo hixe de rapidin pero ya corregi errores
graxias